El cepillo de dientes es un objeto indispensable en los aseos de los hogares que cumple con un objetivo claro: tener una boca limpia y sana.
Lo usamos a diario para ésto y para que nos ayude a prevenir problemas de salud bucodentales. No puede faltar en nuestra bolsa de aseo cuando vamos de viaje.
No es hasta el siglo XV cuando el cepillo de dientes aparece con una forma más similar a como ahora lo conocemos, a pesar de que la higiene bucodental ya se practicaba antes con otros métodos. Desde entonces, el cepillo de dientes ha ido experimentado cambios.
Una de las innovaciones que supuso un gran avance y revolución en la higiene bucodental, fue la aparición del cepillo eléctrico, que se produjo en 1954. Actualmente, gracias a su indudable comodidad, son muchas las personas que prefieren su uso al cepillo de dientes manual.
Quizás estás pensando en adquirir un cepillo eléctrico, o si ya lo usas, te cuestiones si no es mejor un cepillo tradicional. Cabe mencionar que ambas opciones bien utilizadas son beneficiosas, pues su finalidad es la misma. No obstante, a continuación se detallan las posibilidades de cada una y en qué situaciones es más adecuado el uso de un cepillo frente al otro para ayudarte a elegir el que más te convenga según tus circunstancias.
Qué debes saber sobre el cepillo eléctrico
Esta versión moderna del cepillo de dientes hace movimientos automáticos y rápidos moviéndose en oscilación o en rotación. Algunas de sus características principales son:
- Eliminan más placa bacteriana. Gracias a esto, se reducen las posibilidades de que puedas desarrollar caries o gingivitis.
- Reduce el riesgo de excesiva erosión de la superficie del diente, que es algo que ocurre frecuentemente con el manual. Para evitar una presión excesiva, los cepillos eléctricos cuentan con un mecanismo ajustado.
- Al hacer que emplees menos esfuerzo en el cepillado, es más probable que le dediques más tiempo, lo cual es bueno.
- Puedes encontrar diversos tipos en el mercado y modelos con características adicionales como pantalla, temporizador o sensor de presión.
- Notarás que en cuanto al precio es bastante superior al manual, pero si consideras que es adecuado para ti, es una inversión que merece la pena.
- Otro de sus inconvenientes es que no es muy práctico a la hora de llevarlo contigo a diferentes lugares.
Qué tienes que considerar para escoger un cepillo tradicional
Hay quien piensa que los cepillos eléctricos son mejores que los manuales, pero no tiene por qué ser así. A continuación, se exponen situaciones en las que puede ser mejor que elijas un cepillo manual.
- Si has pasado recientemente por una cirugía bucal. Seguramente tendrás una zona sensible, bien por dolor o por puntos de sutura. En este caso un cepillo con cerdas suaves te facilitará un cepillado adaptado para ese momento, pudiendo ser más lento y cuidado sobre la zona concreta.
- Si tienes una ortodoncia es más aconsejable, ya que igual que en el caso anterior, puedes ser más cuidadoso con el bracket en el cepillado.
- En el caso de los niños, el aprendizaje del cepillado inicial es mejor con un cepillo manual.
- En el mercado comprobarás que hay mayor oferta de cepillos manuales hechos de materiales diferentes para las distintas necesidades y edades.
- Es más fácil de llevar contigo cuando comes fuera de casa.
- Su precio es muy inferior al del eléctrico.
No olvides la higiene
Es posible que te decantes por uno u otro o que quieras utilizar ambos. Sin embargo, independientemente del cepillo de dientes que elijas, no puedes descuidar una buena higiene bucodental diaria y la sustitución de los cepillos o cabezales cada dos o tres meses.
Si eliges bien el cepillo y cumples estos consejos, tendrás una boca sana y podrás presumir de sonrisa.