Consejos para superar el miedo al dentista:

Causas y síntomas de la fobia dental.

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La odontofobia, o más comúnmente conocida como tener miedo al dentista, es una condición real que afecta a muchas personas. Se estima que tres de cada cuatro adultos experimentan algún tipo de miedo dental, de leve a severo. Sin embargo, solo del 5 al 10 por ciento de las personas solo tienen la forma más grave, que es una fobia dental extrema. En pocas palabras, una fobia dental es cuando las personas tienen miedo o ansiedad en torno a cualquier tipo de atención dental. La odontología de sedación puede ser una opción para las personas que padecen miedo cuando van al dentista, pero hay otros consejos y trucos que puedes hacer si aún no estás listo para someterte a una cirugía.

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Las causas de la fobia al dentista

Las fobias dentales pueden desarrollarse en cualquier momento de la vida de una persona, pero generalmente ocurrirán después de una experiencia particularmente traumática. Cuando los investigadores revisaron los casos de fobia al dentista, encontraron un par de puntos en común entre los pacientes.

  • Dolor e incomodidad: en un estudio que identificó a personas de 24 años o más que no habían ido al dentista en más de un año, muchas informaron que el miedo al dolor era la razón principal. Esto puede relacionarse directamente con experiencias anteriores cuando no existía la odontología de sedación o las técnicas «sin dolor». Entonces, ahora los pacientes correlacionan ese dolor percibido y lo anticipan cada vez, cuando en realidad puede que ni siquiera exista.

 

  • Control: muchas personas desarrollan miedos y fobias cuando sienten una falta de control. Esto se ve en las personas que tienen miedo de volar, así como en los pacientes dentales. Cuando las personas están en un sillón dental, esencialmente están »atrapadas». No pueden ver lo que está pasando ni leer el lenguaje corporal del dentista o higienista. Esto crea ansiedad y una sensación de impotencia, y aumenta la fobia al dentista.
  • Inseguridad: para algunas personas, la boca es una parte muy íntima del cuerpo, y tener a alguien empujando y pinchando puede crear vergüenza o inseguridad. Puede haber una afección específica por la que el paciente sea consciente de sí mismo, por ejemplo, mal aliento o grandes cantidades de placa. La proximidad física está en la descripción del trabajo de un dentista, por lo que si te gusta mantener las distancias, esto presenta un problema.

 

  • Experiencias pasadas: como mencionamos anteriormente, las experiencias pasadas negativas contribuyen en gran medida a la fobia de las personas al dentista. Si ha habido una experiencia dolorosa o incómoda, dejará al paciente con una perspectiva negativa sobre futuras citas y procedimientos.
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Síntomas de la fobia dental

Si tienes una fobia al dentista, la mayoría de las personas ya saben que la tienen. Pero, los síntomas pueden presentarse de las siguientes formas:

  • Te sientes tenso antes del examen dental y tienes problemas para dormir o relajarte.
  • Mientras estás en la sala de espera, te pones extremadamente ansioso y te callas.
  • Ver a un dentista o una «bata blanca» es extremadamente nervioso y te hace llorar.
  • Te enfermas físicamente antes de las visitas al dentista.
  • Tienes un ataque de pánico o dificultad para respirar cuando está a punto de realizarse un procedimiento dental.

SÍNTOMAS

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Consejos para ayudarte a manejar el miedo

Si no has visto a un dentista en mucho tiempo, ten en cuenta que los procedimientos dentales han recorrido un largo camino. La odontología moderna proporciona nuevos métodos y técnicas para mantenerte cómodo y tranquilo mientras estás en el sillón de reconocimiento.

  • Habla sobre tu miedo: si tienes una fobia, a veces, hablar en voz alta con otra persona es beneficioso. Habla sobre por qué tienes el miedo y explora qué experiencias tuviste que lo amplificó. Además de hablar con alguien de tu confianza, informa a tu dentista. Llama a la consulta dental y explica tu experiencia y pregunta si existen opciones o técnicas que puedan ayudare. Muchas veces, se dispone de odontología de sedación. Si tu dentista tiene un aviso, puede programar el personal adecuado y acomodarte adecuadamente.

 

  • Establece un código: cuando te comuniques con tu dentista, establece un código que puedas usar cuando necesites un descanso o te sientas particularmente ansioso. Levanta la mano o un pulgar hacia abajo para indicar un problema. También puedes pedirle a tu dentista que vaya a un ritmo más lento, ya sea en el sillón o en las citas programadas. Si necesitas un descanso, pregunta si puedes dividir la sesión en dos citas.

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  • Distraete: en estos días, muchas consultas dentales tienen televisores que puedes ver mientras el dentista hace su trabajo, así que busca una consulta que ofrezca esta opción. Si esta opción no está disponible, escucha música con auriculares, cierra los ojos e intente relajarte. Usar gafas de sol durante el procedimiento también puede aliviar tu mente. Intenta distraer tu cerebro con un objeto que puedas sostener o manipular. Esto pone la atención en ese objeto y no en el procedimiento dental.

 

  • Trae apoyo: si tienes un amigo o familiar que esté disponible, pregúntale si te acompañará a tu cita. A veces, hay fuerza en los números y puedes confiar en ellos.

 

  • Tenga un mantra en mente: antes de tu cita, piensa en un mantra empoderador que puedas repetir mientras está en el dentista. Repitiendo algo personal como, «Estoy a salvo e ileso en el dentista» o «este dentista es amable y genial, y lo superaré hoy».

 

  • Pregunta acerca de medicamentos: tu dentista puede usar anestesia para la odontología de sedación, pero es posible que puedas obtener algo un poco más suave. Habla con tu dentista y ve si puede recetarte un medicamento relajante. O, si no le gustan los productos farmacéuticos, intente beber un té relajante con hierbas de apoyo, como manzanilla, lavanda, lúpulo…

 

  • Considera la odontología de sedación: si las técnicas anteriores simplemente no te alivian tu miedo, es posible que desees hablar con tu dentista sobre la odontología de sedación. Esto está reservado para los casos más extremos en los que alguien sufre gravemente una fobia al dentista.

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